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Volkswagen pide que las marcas chinas que inviertan en Europa se libren de los aranceles

El Grupo Volkswagen, que también produce coches en China, defiende que las firmas del país asiático que inviertan dinero y creen empleo en Europa se deberían librar de los impuestos

El consejero delegado del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, ha sugerido que la Unión Europea debería reconsiderar sus altos aranceles sobre los vehículos eléctricos fabricados por las marcas chinas que inviertan grandes cantidades en Europa. El directivo alemán ha advertido, además, que posibles represalias por parte del ejecutivo chino, como aranceles sobre los automóviles alemanes, podrían afectar no solo a los vehículos que Volkswagen fabrica en China, sino también a las exportaciones de vehículos procedentes de las fábricas alemanas o italianas de sus marcas, incluyendo marcas como Audi, Porsche o Lamborghini, si el país asiático toma represalias.

“Los posibles aranceles punitivos serían especialmente peligrosos para la industria automovilística alemana”, señaló Blume en una entrevista con el periódico alemán Bild am Sonntag. “Nos enfrentaríamos a desventajas significativas en el mercado chino. Por eso nos oponemos claramente a estas nuevas normas”. Blume planteó la idea de que las empresas que invierten y generan empleo en Europa deberían recibir ciertos beneficios, como estar exentas de los aranceles planteados el mes pasado por la Unión Europea, que podrían alcanzar hasta un 45% para los vehículos eléctricos fabricados en el Gigante Asiático.

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Alianza alemana contra los aranceles

En total, diez estados miembros votaron a favor del incremento de aranceles, mientras que Alemania y otros cuatro se opusieron y 12 países se abstuvieron. Volkswagen, junto con BMW y Mercedes-Benz, se ha posicionado en contra de esta subida de aranceles. Estas tres firmas dependen fuertemente del mercado chino, que representa alrededor de un tercio de sus ventas globales.

Las nuevas tasas de hasta un 45% para los fabricantes de vehículos eléctricos que exportan desde China se sumarán al actual arancel del 10%. Se espera que estas tarifas impongan miles de millones de euros en costes adicionales para las firmas chinas en Europa. Los impuestos tendrán una vigencia de cinco años a partir del próximo mes.

La Comisión Europea, responsable de la política comercial del bloque, ha argumentado que estos aranceles son una respuesta a las subvenciones injustas que China otorga a sus fabricantes de automóviles, quienes ahora están dirigiendo sus miras a Europa. La Comisión ha afirmado que continuará las conversaciones con Pekín.

Producir en China es más fácil desde 2022

Para entender mejor el impacto de las tensiones comerciales entre la Unión Europea y China en la industria del automóvil es esencial tener en cuenta cómo funciona el acceso de los fabricantes extranjeros al mercado chino. Durante décadas, desde los 80, China impuso estrictas regulaciones que obligaban a las empresas extranjeras a formar asociaciones estratégicas con compañías locales si deseaban fabricar y vender vehículos en el país. Este sistema limitaba la propiedad extranjera al 50%, lo que significaba que los fabricantes internacionales debían compartir tanto las inversiones como la tecnología con sus socios chinos. La política estaba diseñada para proteger a la industria local y fomentar el desarrollo de fabricantes nacionales mediante la transferencia de tecnología.

Sin embargo, en los últimos años, China ha relajado progresivamente estas restricciones. Cabe recordar el acuerdo con Tesla, que se convirtió en el primer fabricante internacional con autorización para construir y producir en Shanghái sin asociarse con otras marcas. Ya en 2022, el ejecutivo de Xi Jinping se abrió a que las empresas extranjeras puedan poseer completamente sus operaciones. Conseguida una industria potente con marcas grandes y poderosas a escala global, como BYD, CATL o SAIC, la norma dejó de tener sentido.

De hecho, el resultado de los 40 años de esta normativa ha provocado una fuerte competencia por parte de los fabricantes chinos en Europa, que han llegado al Viejo Continente con vehículos eléctricos de tecnología avanzada, bien equipados y con buenas prestaciones y diseño a precios demasiado competitivos para que marcas como Volkswagen puedan competir.