Volkswagen, reducción de costes para combatir con China
El director financiero del Grupo Volkswagen apunta que la imposición de nuevos aranceles es solo una medida cortoplacista porque muchas firmas chinas producirán en Europa.
El Grupo Volkswagen tampoco ve en un incremento de los aranceles sobre los vehículos importados desde China una buena medida contra su rápido avance en Europa y su incremento de competitividad ante los fabricantes del viejo continente. Así lo ha expresado Arno Antlitz, director financiero del consorcio, en una publicación en LinkedIn, donde ha apuntado que, en su opinión, sería mejor apostar por la reducción de costes.
Según escribió el alemán en la red social, subir los impuestos a los coches chinos solo sería una solución “a corto plazo”, ya que “los rivales chinos tienen planeado producir sus vehículos en Europa, convirtiendo en local la competición”. En este caso, los aranceles no se aplicarían sobre sus vehículos y los fabricantes asiáticos recuperarían la competitividad perdida.
En su lugar, Antlitz aboga por “usar los próximos dos o tres años para ganar aún más competitividad en el apartado de los costes”. El directivo especifica que se refiere, sobre todo, a “las plantas alemanas”, donde se producen la mayoría de vehículos eléctricos del grupo y la marca Volkswagen. Antlitz defiende que la gama de vehículos del grupo es “altamente atractiva y absolutamente competitiva” y que llegarán más productos como el ID. 2 y los demás eléctricos asequibles -algunos producidos en Martorell y Landaben-, por lo que su portfolio de productos está bien organizado.
Evitar una guerra comercial
Aunque Antlitz no lo menciona en LinkedIn, una subida de los aranceles podría suponer también una subida de los impuestos desde el bando chino, cuyo ejecutivo ya confirmó que tiene preparada subirlos un 25% en caso de necesidad. Cabe recordar que el Grupo Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, por ejemplo, se verían gravemente perjudicados por esta medida ya que los tres fabricantes tienen en China su mercado principal y, además, concentran poca producción den el país.
Otros fabricantes, como Ferrari o Stellantis, también se han pronunciado al respecto. Desde Maranello, desde una posición distante, no ven ningún problema, ya que no tienen en el país asiático una gran posición y no consideran a los vehículos chinos rivales en los segmentos que ocupa. En su caso, su consejero delegado, Benedetto Vigna, definió estas tensiones como “una bonita competición” y dijo que no lo consideraba una “guerra comercial”.
Para Stellantis la posición es más delicada porque, si bien su posición en el mercado chino no es especialmente importante, por lo que más impuestos no les afectarían demasiado, planea lanzar Leapmotor, una firma china en la que ha invertido, en Europa a partir de septiembre. Si hay impuestos sobre los coches chinos, el grupo francoalemán tendrá más complicado introducirla en el continente.
La Unión Europea debería pronunciarse sobre esta materia a principios del mes que viene y, en el caso de introducir nuevos impuestos, estos podrían entrar en vigor tan pronto como en el mes de julio. Este año, las firmas chinas van camino de concentrar el 10% del mercado europeo, unas 1,5 millones de unidades.