Honda DCT, una joya de la ingeniería
El DCT es una transmisión prodigiosa de Honda que permite elegir entre cambio automático o manual y mucho más
Cada marca de motos tiene su marchamo. En el caso de Honda es la tecnología. Y desde su fundación. No en vano fueron los primeros en lanzar una moto de calle con frenos de disco como la CB 750 Four de 1969 y años más tarde también fueron pioneros con el primer modelo con airbag de serie como la 1800 Goldwing en 2006. Más reciente pero no menos importante es la transmisión de doble embrague o Dual Clutch Transmission.
Desde su aparición en 2010 con la VFR1200F, varios son los modelos de Honda que han ido adoptando el DCT como la CRF1100 Africa Twin y CRF1100 Africa Twin Adventure Sports, X-ADV, Rebel CMX1100 NC750X y más recientemente el maxiescúter Forza 750 y la viajera NT1100, entre otros, además del buque insignia GL1800 Goldwing. También otros modelos en su día estaban disponibles con DCT como la Vultus, la NC700S, NC700 Integra, VRF1200X Crosstourer y CTX700.
“Lo más importante para mí es como el DCT consigue que te relajes y te centres en lo más divertido de conducir: tomar curvas, buscar las líneas correctas, cronometrar el frenado y la aceleración”, destaca Dai Arai, ingeniero jefe de Honda DCT y que ha seguido evolucionando esta exclusiva transmisión de doble embrague con la incorporación de mejoras durante todos estos años.
De salida, el DCT permite elegir entre dos modos de funcionamiento del cambio: manual o automático. Y se hace sencillamente a través de las piñas. En el caso de llevar la moto de forma manual basta con pulsar las levas situadas en los mandos de la izquierda para subir o bajar marcha manualmente pero sin la necesidad de apretar ninguna maneta de embrague. Si la opción elegida es automático aquí se abre un mayor abanico de posibilidades ya que se puede elegir entre el modo ‘D’ y el ‘S’. El ‘D’ está indicado para circular por vías rápidas o suavemente por ciudad ya que apenas sube el motor de vueltas cambia de marcha para ofrecer una conducción relajada. Con el modo ‘S’ se puede elegir entre tres niveles como son el S1, S2 y S3 que permiten estirar más una marcha o que reduzca más rápidamente para ofrecer una conducción más deportiva y que a su vez se adapte a cada situación y a las necesidades del conductor. Además, en modo automático siempre podremos bajar o subir marchas de forma manual, es decir través de las levas, si es necesario.
Si en conducción en carretera el DCT es un valor añadido, lejos de ella también es un aliado inesperado. Circular en modo automático permite concentrarse más en llevar la moto y olvidarse de apretar la maneta del embrague y accionar la leva del cambio para cambiar de marcha. Y en caso de tener que subir una velocidad o reducir se puede seguir haciendo manualmente con todas las ventajas que supone. Y una vez nos acostumbramos ya no volveremos a echar de menos la maneta del embrague tanto para arrancar como en tramos más delicados de off-road.
Con todo, el DCT es una joya de la ingeniera desde su aparición, una transmisión que no ha dejado de evolucionar y mejorar desde 2010. No en vano es la versión más elegida en más de un modelo por delante de la propuesta con el cambio de marchas convencional.