¿Hacía falta un Microlino Spider?
La nueva versión descapotable rompe con el diseño clásico y su icónica puerta frontal, pero ¿consigue ofrecer algo mejor?
El Microlino Spider ha llegado, y como su predecesor, no deja indiferente a nadie. Este modelo supone un cambio radical respecto a lo que conocíamos de la marca suiza. Si algo definía al Microlino era su inconfundible diseño redondeado, con esa emblemática puerta frontal inspirada en el clásico BMW Isetta. Esa mezcla entre nostalgia y modernidad había convertido al Microlino en un icono de la micromovilidad eléctrica.
Pero lo primero que salta a la vista en el Microlino Spider es la ausencia de la característica puerta delantera. Sí, aquella que no solo era un guiño al pasado, sino también un rasgo distintivo de diseño. En su lugar, el Spider apuesta por paneles laterales abiertos y elimina por completo las puertas.
Este cambio no solo afecta al acceso al vehículo, sino que también borra parte de su identidad visual. La icónica forma redondeada y compacta ha sido sustituida por un diseño más anguloso, pensado para emular la sencillez de un buggy de golf. El resultado es un vehículo quizá más funcional, pero desde luego menos atractivo.
Eso sí, el Microlino Spider también introduce novedades interesantes. Su diseño abierto y minimalista no es fruto del azar. Está pensado para entornos específicos como resorts, clubes de golf, zonas residenciales o destinos vacacionales. Su techo completamente abierto (aunque con opción de toldo de tela) y los elegantes acabados en madera aportan un toque premium que lo aleja del típico vehículo eléctrico urbano.
Además, el Spider incorpora una pintura dinámica que cambia entre azul, verde y violeta según la luz, un detalle que busca captar miradas y ofrecer exclusividad. Por otro lado, su motorización eléctrica sigue garantizando una conducción eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
En mercados como el estadounidense, donde los buggies de golf son muy populares, este modelo podría encontrar un hueco. Su velocidad máxima de 56 km/h le permite circular legalmente por muchas carreteras secundarias, ampliando su funcionalidad más allá de espacios cerrados.
Es fácil criticar al Microlino Spider por abandonar algunos de los elementos que definían a la marca. Sin embargo, sería injusto no reconocer los aciertos de esta nueva propuesta. Su diseño abierto ofrece una sensación de libertad difícil de encontrar en otros vehículos eléctricos de seu segmento. Además, es perfecto para quienes buscan un medio de transporte práctico, elegante y sostenible en entornos recreativos.
El Microlino Spider rompe con su reciente pasado, pero también nos invita a mirar hacia adelante y pensar que, quizá, hay más de una forma de entender la movilidad urbana.