El hiperdeportivo alemán rebaja su propio récord en más de cinco segundos y pone el listón por debajo de los seis minutos y medio para los coches de calle.
Con sus 815 CV de potencia, su trabajo aerodinámico y ajustes del chasis, el Mustang GTD se convierte en el coche norteamericano más rápido de la historia del circuito