Toyota cree que el hidrógeno es la clave del transporte sostenible
Toyota muestra en el eMobility Expo World Congress su visión sobre el uso del hidrógeno en el transporte
La tecnología híbrida siempre ha sido el sello de identidad de Toyota, pero la marca japonesa está haciendo todo lo posible porque a partir de ahora también se le identifique con el hidrógeno. Aunque parezca algo novedoso, la firma nipona lleva trabajando en este combustible y en su adaptación para el transporte desde 1992, cuando produjo el primer prototipo FCEV. Un esfuerzo que se ha mantenido en el tiempo con el lanzamiento de hasta 9 modelos distintos de célula de combustible, que han ido evolucionando hasta llegar a la segunda generación del Mirai, que es el vehículo de hidrógeno que se ofrece ahora en su catálogo.
Pero la propuesta de Toyota va mucho más allá de un coche, aplicando el uso de hidrógeno a autobuses, vehículos industriales, servicios, infraestructuras... a través de distintos colaboradores. Y es que la firma nipona cree que la única manera de avanzar hacia un futuro neutro en carbono, en el que el hidrógeno tendrá un papel fundamental, es a través del esfuerzo común y la alianza con el sector público y privado.
Según manifestó Sandra García, Corporate & Hydrogen Senior Manager en Toyota y Lexus España, en su intervención en el eMobility Expo World Congress que se celebra estos días en Valencia, el hidrógeno es “la ambición de la marca, ante una necesidad de cambio. Todos los fabricantes nos hemos dado cuenta de que no podemos seguir igual. Aunque somos conscientes de que nos enfrentamos a grandes desafíos”.
En Toyota creen que no va ser posible crear toda la energía verde que se necesita para un transporte sin huella de carbono, a no ser que se combinen todas las tecnologías que tenemos a nuestro alcance incluyendo, por supuesto, el hidrógeno. “Sólo una apuesta multitecnológica permitirá lograr la actual visión de Toyota de disfrutar de una sociedad ‘cero emisiones’, en la que el hidrógeno será fundamental”, añadió Sandra García.
Esta multitecnología comprende dos tipos de vehículos electrificados: los reductores de carbono y los neutros en carbono. Y su uso dependerá de factores como su tamaño o su finalidad. Los pequeños vehículos eléctricos serán perfectos para desplazamientos urbanos. Los híbridos e híbridos enchufables, son ya la solución para un uso mixto. Y los eléctricos de rango extendido serán cada vez más efectivos en largos viajes. Pero para el transporte pesado, la aviación, o incluso la logística naval, la electricidad no es viable, por lo que es esencial desarrollar el hidrógeno y los motores basados en la pila de combustible. El H2O permite recorrer largas distancias, con un repostaje rápido y sencillo, y construir en poco tiempo una gran infraestructura de carga gracias a su facilidad de almacenaje y transporte.
Los inconvenientes del coche de hidrógeno
Como analizamos recientemente en la prueba del BMW iX5 Hydrogen, el hidrógeno ofrece todas las ventajas de los vehículos eléctricos, pero sin el inconveniente de la autonomía y el repostaje, por lo que, a priori, sería el coche sostenible perfecto si no fuese por dos grandes inconvenientes.
El primero es su precio. Y es que ahora mismo los coches de hidrógeno que se comercializan son muy caros. El Mirai, por ejemplo, cuesta 65.000 euros. Pero hay que tener en cuenta que sus precios bajarán de forma radical en cuanto se extienda esta tecnología y se comiencen a producir en masa. De hecho, del primer prototipo FCEV de Toyota al actual Mirai se ha logrado reducir los costes de producción en un 95%.
El segundo gran inconveniente es la infraestructura de carga. Europa cuenta con apenas 250 hidrogeneras, con sólo 3 de ellas en España. Y sin lugares donde repostar, un vehículo es literalmente inservible. Toyota confía en que este segundo problema se solucione en los próximos años, aunque para ello considera fundamental la colaboración de empresas privadas y estamentos públicos.
“En Toyota tenemos claro que el hidrógeno es el futuro. Ya que cambiará nuestra forma de vivir y desplazarnos. Tenemos que pensar más allá de nuestro negocio para una transformación total”, sentenció Sandra García antes de clausurar su discurso.