Citroën Ami: La lógica del éxito
La presentación oficial del Citroën Ami tuvo lugar a principios de marzo de 2020, días antes de que el covid-19 nos obligase a estar encerrados en casa durante semanas. Todavía recuerdo la primera impresión, simpática y curiosa, que generó su silueta simétrica de tamaño minúsculo. Las similitudes con el Ami One Concept eran muchas, pero su resolución tenía un objetivo claro: democratizar la movilidad eléctrica.
Para ello, la firma del chevron ideó un objeto de movilidad básico en forma de cuadriciclo cero emisiones, listo para ser utilizado por todo tipo de usuarios digitalizados, también los jóvenes sin carné de conducir. Actualmente, la gama Ami se compone de ediciones especiales de lo más variadas y tres variantes: Citroën Ami, Citroën My Ami Buggy y Citroën Ami Cargo.
El éxito de este nuevo concepto de movilidad reside en la simplicidad y la lógica, dar lo justo y necesario para el transporte diario. Este claim, que podría pasar como un eslogan más, es el eje vertebrador de la filosofía de Citroën para la era electrificada. Un pilar que se ha visto reforzado con la presentación del prototipo Citroën Oli, un curioso SUV del segmento C que muestra ciertos guiños presentes en los modelos de producción del futuro.
Hablamos, por ejemplo, del nuevo logotipo de la firma del chevron, pero también del desarrollo que han llevado a cabo sus diseñadores en todos sus ámbitos. Unos creadores que han conseguido llamar nuestra atención, y lo han hecho con materiales reciclados y reciclables que son altamente resistentes. Además, de reducir el coste de producción y su peso de manera drástica, clave a la hora de ofrecer una autonomía interesante con una batería relativamente pequeña.
El primero de su nombre
Volviendo al Citroën My Ami, el pionero en esta era disruptiva de la firma, muchos lo habréis visto circulando por las calles de Madrid o algún pueblo de la llamada España Vacía. A día de hoy, puedes adquirir un Ami en sus versiones My Ami Pop, My Ami Colour y My Ami Tonic desde 7.790 euros. Cada una de ellas añade elementos estéticos diferenciadores que cuadran, de una manera u otra, con el cliente final o un servicio de carsharing determinado.
Gracias a sus compactas cotas, de 2,41 metros de largo por 1,39 m de ancho y 1,52 m de alto, el Ami se ha convertido en el aliado de la movilidad urbana. Se mueve fácilmente entre el tráfico de las metrópolis con su diámetro de giro de 7,20 metros y lo hace sin emitir un gramo de CO2 gracias a su propulsor eléctrico de 8,2 CV. La pequeña batería, de 5,5 kWh, se puede cargar en una toma doméstica en tres horas para alcanzar los 75 kilómetros de autonomía homologada.
Este dato, que puede parecer poco, le concede la fuerza necesaria para circular a 45 km/h, lo que permite a jóvenes sin carné de conducir (licencia AM) moverse de manera independiente y a resguardo de las inclemencias del tiempo.
Tan solo tendrán que utilizar su teléfono como sistema multimedia a través de My Ami Play, la interfaz específica de la app My Citroën que permite acceder a funciones directas de navegación, radio, media o llamadas sin manipular el teléfono.
El reparto urbano garantizado
La implicación con la movilidad eléctrica no debe ser únicamente privada y, en ese sentido, el reparto de paquetería es otro foco de solución ante la contaminación. El My Ami Cargo es la solución de Citroën para los bultos más pequeños y los comercios locales que tengan servicio de envío, como puede ser una floristería, un restaurante, servicios de fontanería e incluso farmacias.
La base es la misma, por lo que tenemos el mismo cuadriciclo de propulsión eléctrica y tamaño compacto. El interior, sin embargo, ha sido adaptado a las necesidades del transporte al eliminar el asiento del copiloto para crear un espacio de carga modular con 260 litros de capacidad y 140 kilogramos de carga útil. Datos que no afectan a su autonomía homologada de 75 kilómetros.
La caja que sustituye al asiento está compuesta por compartimentos, que puedes configurar en función de las necesidades de tu negocio sin sufrir por su mantenimiento o resistencia. Además, sigue existiendo el espacio tras el conductor, por lo que sumamos un total de 400 litros de capacidad de almacenaje.
Un aventurero de éxito
La versión más sonada, sin duda, es el My Ami Buggy. No solo por su diseño desenfadado, campero e imponente, también por el éxito rotundo de su lanzamiento. Primero lo conocimos como prototipo y, ante las pasiones levantadas, Citroën decidió lanzar una edición limitada de 50 unidades. Se lanzó un martes 21 de junio a 9.790 euros la unidad y solo duraron 17 minutos y 28 segundos antes de agotarse por completo.
Esta versión playera presenta un diseño único y llamativo del que destaca la ausencia de puerta laterales, sustituidas por una estructura tubular. El techo es una capota de lona escamoteable, como sucedía con los Méhari, y tiene incluso alerón. No servirá de mucho, aerodinámicamente hablando, pero le da un toque deportivo que rematan con las llantas de 14 pulgadas de color dorado.
El color amarillo del interior y los elementos decorativos es tan electrizante como su propulsión, que mantiene el motor de 8 CV y la batería de 5,5 kWh de capacidad. Si algo no se le puede negar a Citroën es la visión y capacidad de sacar partido a un auténtico “bicho raro” de la automoción.