Cupra León VZ CUP e-Hybrid: para inconformistas
La firma de Martorell viste a su PHEV más potente con la dosis de deportividad y garra del acabado VZ CUP.
El Cupra Formentor es el encargado de potenciar las ventas de la marca, pero es el Cupra León el mejor representante de su espíritu deportivo y emocional. Todavía recuerdo las sensaciones que me produjo el primer Seat León Cupra que pasó por mis manos y esa garra sigue ahí, incluso en el modelo híbrido enchufable que probamos a lo largo de una semana.
Son 245 CV de potencia combinada gracias a un motor gasolina 1.4 TSI de 150 CV y un bloque eléctrico de 116 CV. Con un par motor de 400 Nm, sus aceleraciones son divertidas, pero también de lo más prácticas para adelantamientos o salidas de curva. La batería de 13 kWh de capacidad concede 52 kilómetros de autonomía homologada, pero es complicado exprimirlo más allá de los 45 km reales en modo 100% eléctrico. Solo si tienes un punto de carga en casa, o en el trabajo, podrás optimizar ese rango sin necesitar de la actuación del motor térmico.
Por ese motivo, me quedo con el tándem de ambos bloques. Un doblete capaz de refinar el empuje de un GTI de altos vuelos, al tiempo que cumple a la perfección con el concepto de usabilidad de un “daily car” (coche de diario) con etiqueta CERO de la DGT. Para ello, deberemos acordarnos de activar el modo e-Hybrid a través de la pantalla central, dado que siempre priorizará el arranque en la propulsión eléctrica.
En la configuración híbrida, el consumo medio del Cupra León VZ Cup e-Hybrid puede llegar a ser realmente bueno en nuestros trayectos ‘in itinere’. Durante la prueba, lo mantuvimos a raya sobre los 2,3 l/100 km con el sistema en su pleno rendimiento y subió a los 5,6 l/100 km al agotarse la batería por completo. Tras la carga en un punto semirrápido, aprovechamos para probar su circulación en modo cero emisiones y es increíble la relajación que supone viajar sin ruidos en un vehículo deportivo y reactivo.
Lo mejor de dos mundos
No descubrimos nada nuevo al hablar del excelente paso por curva de un Cupra León, pero sí sorprende hacerlo de un modelo híbrido enchufable. El peso de la batería debería afectar a sus inercias, pero es prácticamente imperceptible para un usuario corriente y se debe al ajuste de la altura de los modelos VZ CUP. El chasis está 25 milímetros más bajo, por lo que permite reducir el centro de gravedad y dotarlo de un mayor aplomo en el giro sin convertirlo en un coche radical o incómodo.
Y es que si algo caracteriza al Cupra León, sea cual sea la versión, es su calidad de rodadura a velocidades elevadas. Algo que implica directamente a los modos de conducción (Cupra, Sport, Comfort e Individual) presentes en los botones satélites del volante de nueva factura. En los más “racing” el tarado del coche es más duro, con una respuesta del acelerador inmediata y una dirección todavía más precisa, además del ajuste de las suspensiones (15 niveles disponibles) al gusto del conductor. No me ha gustado el “sonido del motor”, que está claramente filtrado por los altavoces.
Los VZ Cup y sus extras
El modelo probado es una unidad de la versión VZ Cup, un apellido que supone hasta 9.000 euros de extras en función del modelo. Este desembolso no hará que los transeúntes se giren por la calle al pasar, el Cupra León sigue siendo un GTI discreto pero “matón”. El frontal luce la misma parrilla, pero las Matrix LED llegan de serie en la versión VZ Cup.
Estrena llantas negras de 19 pulgadas, con el toque de los bordes en Cooper, a través de las cuales se ve el sistema de frenos con pinza de cuatro pistones y discos ventilados y perforados de 370 x 32 mm, firmada por Brembo. A la vista, esta edición también incorpora los faldones laterales, retrovisores con carcasa en efecto carbono y un alerón trasero más grande, que sí está fabricado en carbono.
En su interior, toman protagonismo los CUPBucket, fabricados por Sabelt, que con su estructura consiguen recoger bien incluso a los cuerpos más menudos. En la unidad probada, lucen el tono Azul Petrol que tanto ha dado que hablar y su estructura en fibra de carbono queda descubierta por detrás, a la vista de las plazas traseras. Una segunda fila lo suficientemente cómoda como para viajar dos adultos y un niño, que podrán dejar sus maletas (de mano) en el pequeño maletero de 270 litros de capacidad.