Probamos el Lamborghini Revuelto, y cuatro de sus predecesores: Countach, Diablo, Murciélago y Aventador
Para entender V12 híbrido del Revuelto, nada mejor que probar los coches que le ayudaron a evolucionar el icónico motorde Lamborghini
Como dijo Charles Darwin: “No es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive, sino la que mejor se adapta a los cambios”. Y eso en el caso de la automoción significa: te electrificas, o mueres. Esta norma afecta incluso a marcas como Lamborghini, cuya historia se cimienta sobre motores de combustión tan icónicos como el V12 que le acompaña desde su propia fundación en 1963. Al 12 cilindros también le ha tocado hibridizarse, pero por suerte, el experimento ha sido todo un éxito.

A la espalda del Revuelto, el nuevo sistema de propulsión PHEV hace que el sustituto del Aventador no solo sea más radical que su predecesor, sino también más agradable de conducir en el día a día. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que, en el caso de Lamborghini, la electrificación ha venido a sumar, y no a restar.
El primer superdeportivo PHEV de Lamborghini
El Revuelto marca una nueva era para Lamborghini. Se trata del primer híbrido enchufable (PHEV) de la compañía, y su gestación ha supuesto un antes y un después en Sant’Agata Bolognese. Uno no es consciente del cambio de paradigma que supone este coche para la compañía hasta que no visita su fábrica y observa cómo se ha tenido que ampliar y modernizar para acoger su producción.

El mayor esfuerzo se ha hecho en la parte destinada a la fabricación del monocasco, el bastidor y otros elementos en fibra de carbono en sus propios hornos. El uso extensivo de fibra de carbono es lo que ha permitido ofrecer la mejor relación peso/potencia de la historia de Lamborghini (1,75 kg/CV) pese al lastre de las baterías y los cuatro motores que monta el Revuelto.
El corazón del superdeportivo es el nuevo motor L545, el 12 cilindros más ligero y potente jamás fabricado por Lamborghini. Con 6.5 litros de cilindrada, ofrece 825 CV a 9.250 a rpm. A éste le acompañan otros tres motores eléctricos: dos en la parte frontal y un tercero acoplado a la primera Caja de cambios transversal de doble embrague y ocho velocidades que se acopla a un V12. Esta innovación, situada detrás del motor y combinada con un motor eléctrico integrado, contribuye a la tracción y la regeneración de energía. De forma combinada, los cuatro motores entregan la friolera de 1.015 CV de potencia y 1.425 Nm de par motor, con lo que el Revuelto puede acelerar de cero a cien en 2,5 segundos y superar los 350 km/h de velocidad punta.
Calma y tempestad a los mandos del Lamborghini Revuelto
Resulta muy extraño presionar el botón de ‘Start’ de un Lamborghini y que no suceda nada. Que no te atrone el bramido de sus salidas de escape al despertar, que no veas como se dispara el cuentavueltas en ese primer latido del motor, o sentir en todo tu cuerpo las vibraciones en el ‘cold start’... En el Revuelto sólo te envuelve el silencio.

Como buen híbrido enchufable, este coche arranca en modo eléctrico a no ser que fuerces su arranque térmico , y también avanza así los primeros kilómetros si no se requiere mucha potencia. El modo de conducción ‘City’ estira el modo 100% eléctrico hasta que prácticamente se agota la energía de las baterías.
Cuesta imaginarse lo cómodo que es conducir un superdeportivo como el Revuelto en recorridos cotidianos. Pese a ser muy bajo, ofrece buena visibilidad, las suspensiones adaptativas filtran bien los baches a baja y media velocidad, la respuesta del acelerador es suave tanto en modo eléctrico como a bajas vueltas, y aún siendo un coche grande, el radio de giro es muy efectivo debido al sistema de dirección de las cuatro ruedas, por lo que se puede incluso ‘ratonear’ entre el tráfico. No es tan funcional para el día a día como un Urus, pero sí es mucho más confortable y fácil de llevar que un Aventador.
Pero el cordero se convierte en todo un lobo cuando se tiene asfalto por delante. La experiencia de conducir el Lamborghini Revuelto en carretera es, simplemente, de otro nivel. Combina el refinamiento de un superdeportivo electrificado de última generación con la fuerza bruta que esperas de un motor V12. La aceleración es instantánea, ya que el sistema PHEV aporta un par adicional inmediato que se nota especialmente en los adelantamientos, donde el empuje se siente continuo y prácticamente inagotable. De este modo se anula ese pequeño ‘lag’ de los motores atmosféricos, que comienzan a sacar lo mejor de sí cuando ya está altos del vueltas.

Con un sistema de tracción total de última generación y un chasis afinado al milímetro, el coche se comporta como un auténtico coche de competición cuando se le buscan las cosquillas. Su dirección es precisa y comunicativa, y que permite al conductor trazar curvas con una confianza absoluta. El sistema de suspensión activa mantiene el vehículo pegado al suelo en todo momento, minimizando cualquier tipo de inclinación y potenciando la estabilidad. Las frenadas son otra demostración de poderío, gracias a unos frenos cerámicos de alto rendimiento que garantizan detenerse con la misma contundencia con la que acelera.
Es increíble como un coche que tan civilizado y fácil de llevar se puede convertir luego en un auténtico vehículo de competición. Esta versatilidad es sin duda una de las grandes ventajas del Revuelto, que llega a ofrecer hasta 13 modos de conducción para adaptarse tanto a la conducción urbana con cero emisiones como a las condiciones más extremas en pista. Los modos se dividen en configuraciones como ‘Città’, ‘Strada’, ‘Sport’ y ‘Corsa’, cada uno optimizando el uso de motores eléctricos y del V12 según la situación.
La evolución del V12 de Lamborghini
A Lamborghini no se le ocurrió mejor idea para que entendiésemos la evolución su V12 hasta llegar al L545 del Revuelto, que probar algunos de sus predecesores más icónicos: el Countach (25 Aniversario), el Diablo, el Murciélago (Spyder) y el brutal Aventador SVJ. Cada uno de estos modelos es una pieza esencial en la historia de la marca, y probarlos uno tras otro es una lección de cómo Lamborghini ha sabido evolucionar sus motores V12 adaptándolos a los nuevos tiempos.
El Countach 25 Aniversario, con su icínico diseño y el rugido mecánico puro del motor V12 de 5.2 litros, representa una era donde la electrónica apenas hacía acto de presencia. La conducción es ruda y requiere un pulso firme y fuerza, pero la recompensa es una experiencia sin filtros, directa y visceral. El mejor ejemplod e ello es el cambio de marchas, donde para subir de relación hay que hacer mucha fuerza y no se puede bajar de marcha sin hacer un punta tacón previo. Y lo mismo sucede con la dirección, dura y extremadamente directa, de forma que sientes cada pequeño bache y oscilación del asfalto.
Saltar al Diablo supone un cambio radical: un V12 de 6.0 litros que combina la brutalidad de su predecesor con un primer paso hacia una conducción más civilizada y manejable. Con este modelo pudimos disfrutar mucho más que con el Countach, experimentando lo que es realmente llevar un superdeportivo de los de antes a lo que nos permite nuestra destreza al volante.
Con el Murciélago Spyder Lamborghini comenzó a explorar una faceta más sofisticada, donde el rendimiento y la comodidad empezaban a convivir. Su motor V12 de 6.5 litros estaba demasiado sometido al cambio de marchas automático con levas en el volante, y no era capaz de ofrecer lo mejor de sí, a no ser que rodases a altísimas vueltas.
Y qué decir del Aventador SVJ, la versión más extrema del predecesor del Revuelto. Su V12 de 6.5 litros, capaz de alcanzar 770 CV, redefine la idea de lo que un motor atmosférico puede lograr. La carga aerodinámica activa y la ligereza del carbono convierten a este coche en una bestia de circuito capaz de devorar cualquier trazado. Es lo más parecido a llevar un coche de competición por carretera, algo que ya experimetamos previamente con el Huracán STO.
La llegada del Revuelto marca un hito al fusionar lo mejor de estos modelos con la tecnología híbrida. Este motor, que mantiene la disposición atmosférica de 6.5 litros y la complementa con tres motores eléctricos, da un salto hacia un futuro en el que las normativas y las exigencias medioambientales ya no suponen un freno, sino una oportunidad para innovar. La integración del sistema híbrido no solo mejora la eficiencia, sino que, sobre todo, permite alcanzar una potencia combinada de 1.015 CV, una cifra que pone al Revuelto en la cúspide de los superdeportivos modernos. En este caso la tecnología híbrida enchufable no está enfocada tanto a la sostenibilidad como a las prestaciones, y el mejor ejemplo de ello es que el motor V12 es el sistema que más rápido y eficazmente va a cargar las baterías del coche.
Con cada aceleración y cada curva, se siente que el legado del V12 sigue más vivo que nunca, adaptado a los tiempos sin perder un ápice de su espíritu indomable. La evolución de Lamborghini ha sido fiel a su esencia: llevar la experiencia de conducir al límite, siempre con un toque inconfundible de rebeldía y con la máxima excelencia mecánica.