Probamos en circuito el Aston Martin Vantage más potente de todos los tiempos
El superdortivo británico es más rápido que nunca, pero también más lujoso y tecnológico
Recientemente se presentó la última generación del Aston Martin Vantage, con la promesa de ser el más rápido y deportivo en sus 74 años de historia. Así que no nos quedó más remedio que ir al circuito andaluz de Monteblanco para comprobar si era cierto.
En el nuevo Aston Martin Vantage cambian muchas cosas, pero lo más destacado es que estrena un motor V8 biturbo de 4 litros, con dos turbocompresores, que tiene una potencia máxima de 665 CV y un par motor de 800 Nm. Esto significa que aumenta un 30% (155 CV) la potencia y un 15% (115 Nm) el torque, para poder pasar de 0 a 100 km/h en sólo 3,5 segundos y alcanzar los 325 km/h.
Un deportivo extremo en la pista
Con estas credenciales queda claro que hablamos de un superdeportivo auténtico, capaz de ofrecer sensaciones extremas en circuito, como pudimos comprobar en Monteblanco. La aceleración desde parado es sencillamente brutal, y la capacidad para ganar velocidad en pocos cientos de metros apabulla. Al final de recta superábamos sin dificultad los 260 kilómetros por hora.
Pero más que con la potencia, nos quedamos con la ‘nobleza’ del nuevo Vantage a la hora de conducirlo. Todo en este modelo está pensado para que transmita seguridad al volante y su manejo sea extremadamente preciso. Solo así se puede ir rápido con un coche tan potente y de tracción trasera.
Para ello es esencial contar con seis elementos básicos: una estructura rígida y ligera, un buen reparto de pesos, una dirección deportiva, una amortiguación firme, unos frenos solventes y unos neumáticos de ‘competición’. Por suerte el modelo británico brilla en todas estas facetas: cuenta con una estructura de aluminio super reforzada que le aporta una rigidez extrema; el reparto de pesos es perfecto, es decir, del 50% en cada eje; dispone de un sistema de dirección asistida electrónica (EPAS) con una columna de dirección no aislada que no sólo transmite los movimientos del volante de un modo directo y preciso, sino que a su vez logra que le llegue al conductor toda la información de lo que sucede bajo las ruedas; dispone de unos nuevos amortiguadores adaptativos inteligentes que, en su faceta más deportiva, mantienen firme como una tabla a la carrocería y a las ruedas siempre en contacto con el asfalto; tras las llantas de 21 pulgadas se esconden unos discos perforados delanteros de 400 mm y traseros de 360 mm de hierro fundido, con una ‘mordida’ brutal, una buena resistencia a la fatiga y un tacto preciso en el pedal (de manera opcional se ofrecen unos carbocerámicos más resistentes y 27 kilos más ligeros; y de serie cuenta con unos neumáticos Michelin Pilot Sport S 5 fabricados específicamente para el Vantage con unas medidas de 275/35 R21 (103Y) para los delanteros y de 325/30 R21 (108Y) para los trasero, con un compuesto específico para ofrecer un agarre extraordinario.
El resultado de todos estos componentes trabajando al unísono hace que en todo momento sientas que tienes al coche totalmente bajo control... hasta que de repente te pega un latigazo a la salida de una curva recordándote que estás lejos de ser un piloto profesional. Y es que el Vantage va tan bien que hace que te confíes y te animes a poner el modo ‘Track’ y quites todos los controles de estabilidad. Y cuando te enfrentas a casi 700 caballos sin riendas, lo más seguro es que acabes descabalgado.
Un superdeportivo para todos los públicos
El Vantage es un superdeportivo extremo, pero capaz de adaptarse a todos los públicos. Todo el potencial del motor V8 se transmite a las ruedas traseras a través de un cambio automático ZF de ocho velocidades, apoyado por un avanzado diferencial posterior electrónico llamado E-Diff, que puede pasar de cero a un bloqueo completo en solo135 milisegundos. Este sistema se combina con un Programa Electrónico de Estabilidad (ESP), capaz de entregar la potencia de un modo progresivo y perfecto para el día a día, o liberarla por completo.
Además de poder elegir entre los modos Wet, On y Track para el ESP (yendo del más al menos intrusivo), se dispone de un control de tracción ajustable (ATC) con múltiples niveles de actuación. Por defecto está en el nivel 5, pero el conductor puede reducir o aumentar gradualmente la cantidad permitida de deslizamiento de las ruedas. Del nivel 1 al 4, se mantiene el coche más estable, pero a medida que el conductor gane puede pasar del 5 a la 8, quitando cada vez más la ayudas. Por ejemplo, en la posición 5, el par motor se modula para poder realizar sobrevirajes que el conductor pueda controlarlos por sí mismo. Los niveles del 6 al 8 permiten al conductor incrementar más el deslizamiento de las ruedas con el control de guiñada desactivado y, por tanto, reducir la estabilidad en la aceleración.
Además, el llamado control de tracción integrado (ITC) coordina el motor, los frenos y el sistema E-Diff para proporcionar un control predictivo del deslizamiento que garantice una tracción óptima, además de una vectorización del deslizamiento de la tracción para permitir el nivel de tracción óptimo al salir de la curva. Por último, el control de la dinámica del vehículo integrado (IVC) actúa en los frenos, el tren motor y el E-Diff para asegurar el máximo nivel de diversión, pero siempre con seguridad y control.
Aston Martin nos permitió realizar varias tandas, por lo que fuimos ganado confianza poco a poco (pese a tener el volante a la derecha), dando las últimas vueltas sin controles para comprobar la ‘nobleza’ real del coche. Sólo así pudimos ver que el Vantage es un deportivo extremo, pero realmente bien hecho, con el que se puede rodar muy rápido si se tienen buenas manos y tacto preciso con el pie. Aún así resulta casi imposible buscar sin ayudas sus límites si no eres un auténtico piloto, ya que hablamos de un superdeportivo de raza y a la altura de los mejores y más extremos de su categoría.
Elegancia y confort para el día a día
Pero no hay que olvidar que hablamos de Aston Martin, lo que es sinónimo de lujo, elegancia y confort. Por ello, el Vantage es tan capaz de permitirte hacer tu mejor marca en circuito, como llevarte con comodidad y vestido de ‘etiqueta’ al cóctel más exclusivo de Montecarlo.
Previamente a la prueba en la pista conocimos el lado más civilizado del Vantage por las carreteras andaluzas. Con el modo de tracción de ‘calle’, donde la dirección y la amortiguación priman el confort, se goza de una calidad de rodadura excepcional y de una entrega de potencia contundente pero lineal, por lo que se pueden realizar largos trayectos con total comodidad y sin fatiga al volante. En este último apartado también intervienen los asientos, con muy bueja sujeción pero un mullido muy cómodo.
Consciente de que la mayoría del tiempo se va a conducir por carretera convencional, el Aston Martin Vantage presume de un confort, diseño, ergonomía y tecnología de máximo nivel. El interior es precioso y súper lujoso, con lo último en conectividad e infoentretenimeinto. Se ha recurrido a un sistema más digitalizado de doble pantalla, pero acertadamente acompañado de botones físicos para las funciones más elementales.
El nuevo diseño del habitáculo es tan atractivo como el exterior, donde el Vantage 2024 luce un aspecto más elegante, a la vez que deportivo. La carrocería es 30 mm más ancha y la icónica parrilla frental es un un 38 % más grande, lo que incrementa la presencia del coche a la vez que optimiza en un 29% el flujo de aire para refrigerar el motor. También se han dispuesto más entradas de aire en el paragolpes, a ambos lados de la parrilla, lo que también realza los rasgos del frontal. Se dispone, a su vez, de un nuevo splitter integrado, lo que hace que el coche parezca más ancho y bajo, además de tener un importante componente en la aerodinámica general. Pero quizá el elemento más destacado del frontal son los nuevos faros verticales que sustituyen a los delgados faros horizontales de la anterior versión. Tienen tecnología LED matricial y cuentan con luces diurnas integradas y la nueva firma lumínica de Aston Martin.
De perfil se aprecian las salidas de aire optimizadas, los pasos de rueda más anchos ty las preciosas llantas de aleación forjada de 21 pulgadas, además de los retrovisores sin marco y los tiradores de las puertas.
Pero la parte que personalmente más nos gustó fue la zaga con un nuevo paragolpes trasero más ancho que alberga grandes salidas de aire y unos tubos de escape cuádruples de mayor diámetro, además de un enorme difusor en la parte inferior y coronando la parte superior la firma lumínica que recorre toda la carrocería adaptándose a la caprichosa forma del portón en dos niveles de altura.
El Vantage 2024 está disponible en 21 colores y el cliente puede incorporar diferentes líneas, franjas y rellenos de color, además de contar con infinidad de elementos de personalización, que pueden hacer de cada unidad un coche único. Eso sí, estas modificaciones también incrementarán la factura inicial de 250.000 euros, que es el precio de salida del Vantage 2024.