Skoda Enyaq Coupé iV RS: así sí... me paso al eléctrico

Nunca digas nunca, reza el dicho. Con el Skoda Enyaq Coupé iV RS adquiere todo el sentido del mundo. Jamás habría dicho que mi deportivo favorito, de una firma como Skoda y con la tradición de las siglas RS, sería un modelo 100% eléctrico. Por suerte, la vida da muchas vueltas y siempre estamos a tiempo de evolucionar, aprender y dejar atrás viejos prejuicios. Os invito a entender el porqué en esta prueba.

El crossover cero emisiones de la firma checa no despertó mi curiosidad hasta que se lanzó en esta carrocería coupé, mucho más atractiva, dinámica y juvenil. La silueta juega con los guiños al segmento SUV, con un frontal vertical y altura considerable, pero sin desviarse de la sensualidad que esperas de un techo caído y aerodinámico.

Mide 4,65 metros de largo por 1,87 m de ancho y 1,60 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,76 metros que le concede una habitabilidad digna de un vehículo familiar. Un atributo que compensa, en seriedad, gracias al tono verde Mamba de esta versión iV RS y que no cuesta un solo céntimo extra. Las llantas “VISION” en antracita Metalizado de 21 pulgadas sí que son un extra de 605 euros.

También es una opción el acabado RS/Sportline del interior (695 euros), que resulta casi tan necesario como el motor de 340 CV (250 kW) para ejercer una impresión de deportividad y sofisticación. Todo en este Enyaq Coupé iV RS te traslada a un mundo donde la firma checa es una marca premium, con buenos acabados, un tacto excelente del cuero perforado del volante y detalles de diseño más que acertados.

Para ello, es de vital importancia la dotación tecnológica del salpicadero, que cuenta con una pantalla flotante central de 13 pulgadas y una instrumentación de 5,3 pulgadas. Esta última es algo pequeña, además de conceder poco juego a la hora de personalizar la información. Sin embargo, su calidad es intachable.

Las plazas traseras son realmente amplias y, pese a la caída del techo coupé, la diferencia de altura es apenas perceptible para los pasajeros. Si bien la posición es algo erguida, podrán viajar cómodamente adultos de más de 1,80 m de alto sin sentir agobio o falta de espacio. Un atributo que también comparte su maletero, con 570 litros de capacidad, solo 15 litros menos que el Enyaq convencional.

Como comentamos al inicio del artículo, lo mejor del Enyaq Coupé iV RS es su comportamiento dinámico. Es un coche muy equipado, sí, pero también muy potente. Los 250 kW de empuje son de tracción total, con 210 kW (286 CV) en el eje delantero y 80 kW (109 CV) en el eje trasero.

Sin ser un deportivo ratonero, este eléctrico de 2.258 kilogramos supera bien tramos de curvas rápidas y lo hace con una efectividad notable gracias al tarado de la suspensión. Con el sistema adaptativo (Dynamic Chassis Control) puedes ajustar la dureza en 15 posiciones.

Acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, pero no frena de manera contundente hasta que te acostumbras al recorrido del pedal. No estamos, por tanto, ante el modelo más gamberro y divertido de la gama RS, pero sí al más completo en todos los sentidos. Es un eléctrico, con distintivo cero, confort de rodadura excelente y libertad máxima ante las restricciones, pero también es potente y eficiente.

El consumo medio homologado es de 15,7 kWh/100 km y 547 kilómetros de autonomía, pero, durante nuestra prueba, los datos fueron algo inferiores. El gasto rondó los 20 kWh/100 km y la autonomía máxima no superó los 480 kilómetros, que es un rango más que aceptable para viajar por España a día de hoy. Como desde hace años, el precio desde 63.900 euros es, sin duda, el mayor de sus problemas.