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Volkswagen Taigo: probamos el R-Line de 150 CV y automático

El Taigo convence por su diseño de inspiración coupé, pero todavía más por la excelente combinación del motor 150 CV con transmisión DSG.

Si algo caracteriza a la generación más joven es la necesidad de no sentirse etiquetado. Las jaulas de lo que deberían ser han sido sustituidas por la libertad de mostrarse tal como sienten, también a través de sus coches. El éxito del segmento B-SUV es una buena muestra de ello y Volkswagen ha sabido coger el ritmo, ofreciendo un portfolio amplio con variaciones para todos los gustos. El Volkswagen Taigo, con su silueta elevada y coupé, marca la diferencia respecto a sus hermanos mellizos, el T-Cross y el T-Roc, con los que comparte gran parte de sus atributos mecánicos, equipamiento y puesta a punto.

$!La zaga coupé de este Volkswagen Taigo R Line es su seña de identidad.

El Taigo es más largo, con un tamaño final de 4,26 metros de largo por 1,75 m de ancho y 1,51 m de alto. Su distancia entre ejes es de 2,55 metros, por lo que tiene una batalla más corta que el T-Roc (2,59 metros) y T-Cross (2,56 m). Esa disminución se nota en el maletero y las plazas traseras. El Taigo tiene 440 litros de capacidad, que no está nada mal para su segmento, frente a los 445 litros del T-Roc y 455 litros del T-Cross. En cuanto a la segunda fila, el mejor es el T-Roc pero el aprovechamiento del T-Cross lo hace el más optimizado, siendo el Taigo el que peor cumple en este sentido.

A medio camino

La plataforma sigue siendo la MQB-A0 del T-Cross y Polo, así que su fabricación también tiene lugar en la planta de Navarra. Ha quedado claro que el Volkswagen Taigo es un híbrido entre el T-Cross y el T-Roc. La duda es lógica, si no es mejor en ningún aspecto funcional, ¿Qué sentido tiene? Trataremos de descubrirlo en esta prueba.

$!Se fabrica en Navarra junto al Polo y al T-Cross.

La unidad probada es la tope de gama, un Taigo 1.5 de 150 CV con cambio automático DSG y acabado R-Line. Este último detalle es significativo dado que, desde que lanzaron este paquete estético, no sería capaz de recomendar un SUV de Volkswagen sin el R-Line. Sus aditivos estéticos, como son el paragolpes específico con molduras en negro y la parrilla de tramado deportivo, lo hacen más atractivo a los ojos de cualquier amante del motor.

En este caso, los grupos ópticos con tecnología LED de serie, incorporan la franja central iluminada (IQ Ligh) que le aporta un toque distintivo y de modernidad. El morro también parece más enfocado al suelo, al contrario que con el T-Cross, y sus nervaduras del capó consiguen incrementar la sensación dinámica en parado. El tono negro se repite en los faldones y pasos de rueda, un elemento con llantas de 16 pulgadas que pueden alcanzar las 18 en el R-Line.

$!El acabado R-Line le aporta el toque juvenil y deportivo que tanto gusta.

Uno de los aspectos más diferenciados entre el T-Cross y el Taigo es su zaga. Este último estrena un lenguaje de diseño horizontal, al contrario que los grupos ópticos cuadrados del primero. El diseño es algo subjetivo pero, a mi parecer, esta configuración es más acertada teniendo en cuenta la caída del techo.

$!El maletero del Taigo tiene 438 litros de capacidad, ampliables a 1.222 litros.

Una solución de diseño que apenas afecta al nombrado maletero. De los 438 litros de con los asientos traseros disponibles, podemos pasar a 1.222 litros. En este sentido, es mejor que la gran mayoría de sus rivales, como el Audi Q2 (402 l), Ford Puma (401 l), Mazda CX-3 (350 l), pero le supera el Hyundai Kona con 450 litros. Una ventaja que también mantiene en las plazas traseras, de amplitud suficiente para dos adultos y altura hasta el techo correcta para personas de menos de 1,80 metros.

Idénticos por dentro pero con alguna diferencia

El interior del Volkswagen Taigo es idéntico al de un Volkswagen Polo. Las pantallas centrales están disponibles desde 6,5 pulgadas pero, en la unidad probada, contamos con la de 9,2 pulgadas y 12,25 pulgadas para la instrumentación (opcional de 1.530 €). La compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay es rápida y fácil de conseguir, como también me gusta que mantengan los mandos de la climatización tradicionales y con ruletas.

Si lo comparamos con un T-Cross, la diferencia es más notable, ya que nos sentamos más erguidos que en el coupé. El único inconveniente es que, al tener el techo bajo, la visión a través de la luneta es peor en el Taigo y el acceso a las plazas traseras más incómodo, algo a tener en cuenta si montaremos sillas en los anclajes ISOFIX.

$!El salpicadero de un Taigo es “casi” idéntico al de un Polo de última generación.

Como vengo comentando desde el inicio del artículo, la elección del Taigo dependerá de los gustos estéticos y las sensaciones de conducción que deseemos. Frente a un Volkswagen Polo, este SUV-B concede mayor confort de acceso pero sus posiciones de conducción acaban siendo las mismas pese a colocarse 3,6 centímetros más elevada. El nivel de acabados es muy parecido y no será un detalle significativo en la decisión.

¿Cómo va el Taigo?

El Volkswagen Taigo es el típico vehículo que recomendarías a cualquier pareja, ya sean jóvenes o no tan jóvenes. Su habitabilidad permite viajar con otras dos personas sin problema y su comportamiento fácil, dinámico y agradable, lo convierte en un coche para cualquiera. No está disponible en un sistema híbrido, como sí sucede con otras alternativas del mercado, pero con tacto y conducción eficiente hemos llegado a ver 4,2 l/100 km en el marcador de consumos.

$!El bloque 1.5 de 150 CV es el más potente y dinámico pero también consume más.

Eso sí, en la ciudad es inviable reducir tanto el gasto de combustible. A cambio, nos encontramos con una suspensión bien planteada y confortable sin llegar a ser rebotón en ningún suceso. Algo han cambiado los de Volkswagen respecto al T-Cross, porque se siente más aplomado y estable en tramos de curvas a velocidades altas, pero no llega a ser como un Ford Puma. Su dirección es suave pero precisa, no llega a notarse artificial pero se mueve ligera entre el tráfico lento.

$![Volkswagen Taigo R Line]
$![Volkswagen Taigo R Line]
$!Volkswagen Taigo: probamos el R-Line de 150 CV y automático

La combinación del bloque gasolina 1.5 de 150 CV y 250 Nm de par sobre las 1.500 a 3.500 rpm, junto al cambio automático DSG de 7 velocidades, me ha parecido excelente en sus recuperaciones. Eso sí, la gran mayoría de usuarios no requieren de un modelo con tales prestaciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanza los 212 km/h de velocidad punta. El consumo medio homologado es de 5,9 l/100 km, que nos ha parecido fácilmente alcanzable si prestamos la atención que merece. En una conducción normal, el consumo se dispara por encima de los 6,1 l/100 km.

Si no eres un conductor experimentado, y tu utilización del Taigo no comportará mucha carretera convencional de curvas, es suficiente con optar por el motor más pequeño. Esta decisión supondrá menos consumos y precio final, pero tampoco contaremos con el margen de potencia para adelantamientos. Por ese motivo, y pensando en el comprador medio de un Taigo, recomendaría la configuración 1.0 TSI de 110 CV y no la de 95 CV.

$!Volkswagen Taigo: probamos el R-Line de 150 CV y automático
$!Volkswagen Taigo: probamos el R-Line de 150 CV y automático
$!Volkswagen Taigo R Line
$!Volkswagen Taigo: probamos el R-Line de 150 CV y automático

La decisión del cambio automático, o no, dependerá del uso del coche, siendo recomendable en caso de utilizarlo por ciudad o en las típicas retenciones de acceso en hora punta. El coste de esa elección también es importante, como lo es el acabado elegido. Al R-Line probado, con el motor más potente y el cambio automático, debemos sumar el color rojo intenso (700 euros), los paquetes de confort y seguridad de 1.075 y 560 euros respectivamente y el Sistema de navegación “Discover PRO”, que suman un precio final de 37.005 euros.