En esta ciudad de Madrid se usan ladrillos para persuadir a los malos conductores y poder cruzar el paso de peatones

Respetar las normas de seguridad es algo clave en la carretera, ya que es la principal forma de evitar peligros. Sin embargo, en una ciudad de Madrid han tenido que llegar demasiado lejos para que los conductores sean capaces de parar en los pasos de cebra.

De hecho, no es una iniciativa nueva, ya que en Canadá también se hace uso de esta curiosa práctica que tiene como punto clave usar ladrillos. En el caso de Madrid, la campaña se conoce como “Hazte ver, coge un ladrillo”.

Es algo bastante sencillo e intuitivo si lo piensas. La idea se basa en colocar un cartel en el inicio y final del paso de peatones en el que se explican los pasos a seguir. No obstante, la práctica es sencilla, ya que básicamente debajo de esos carteles se colocan unos ladrillos para que los peatones los usen.

Una vez que lo tienes en la mano, la idea es que los conductores observen que lo llevas en la mano y se vean obligados a parar. A más de uno nos daría algo miedo ver a una persona pasando con un ladrillo en la mano, ya que lo mismo nos lo arroja. Pues este es el objetivo primordial, persuadir a los conductores que no respetan la seguridad vial.

Todo esto se ha llevado a cabo en Valdebebas, ya que en el barrio madrileño los vecinos han llegado a su punto límite. En una avenida de seis carriles, donde para cruzar la calle es necesario pasar dos pasos de cebra, los conductores no suelen parar y por eso se optó por tomar la justicia por su propia cuenta.

De hecho, en Valdebebas se llevan pidiendo desde hace muchos años semáforos en esos pasos de peatones, ya que más de un vecino ha tenido serios problemas de atropellos. Así pues, el héroe sin capa de esta historia es el dueño de un restaurante del barrio que colocó los carteles al ver la idea en TikTok.

Esta idea de los ladrillos para persuadir a los malos conductores no es una idea propia o que solo se lleve a cabo en el barrio madrileño, sino que en Canadá es donde empezó todo. Esta ciudad es Vancouver, en la cual había un problema semejante al de Valdebebas.

Por ello, se hizo viral en las redes sociales la curiosa solución que tomaron los canadienses. La teoría y la práctica son iguales la única diferencia es que en Canadá los ladrillos no son reales, sino de gomaespuma.

Como es lógico, la idea no está pensada para que se tire el ladrillo a ningún conductor, es simplemente una especie de símbolo para que los coches se lo piensen dos veces. El dueño del restaurante ya aseguraba que los ladrillos reales son una forma satírica.