Una gasolinera abandonada en Barcelona se convierte en un dolor de cabeza para los conductores

En España es realmente raro encontrarse con gasolineras abandonadas, más aún en los centros de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Pues en esta última existe una estación abandonada que está dando de qué hablar, debido a los problemas que ocasiona.

Estamos hablando de una gasolinera de Cepsa que dejó de estar activa hace unos seis años. Sus surtidores llevan casi una década sin echar ni una sola gota de gasolina, pero lo peor no es que esté abandonada y ya no sirva combustible, sino más bien en los problemas que causa.

De hecho, según las fechas en las que estamos puede resultar hasta curioso visitar una gasolinera abandonada para vivir una experiencia “paranormal”. Sin embargo, la noche de Halloween no es lo que involucra hoy, sino más bien la seguridad vial. La estación se encuentra en el barrio de Sant Antoni, concretamente en Ronda de Sant Pau, en el cruce con la calle Marqués de Campo Sagrado.

Todo esta confusión llega porque dicha gasolinera está ubicada justo al lado de un carril bici y que tiene una señalización más que cuestionable. De hecho, en el punto en el que se llega a la estación, ese carril bici se hace muy estrecho y casi inaccesible. Debido a que la gasolinera no ha sido retirada todavía, los demás coches pueden estacionar, lo cual hace que los ciclistas se puedan ver inmersos en situaciones complejas y arriesgadas.

Por lo tanto, es normal que los ciudadanos hayan pedido al Ayuntamiento que se retire de una vez por todas la gasolinera. Además, la empresa Cepsa, que era la que tenía su estación allí, ya fue durante el verano de 2023 a extraer todos los gases que hubieran podido quedar en el lugar. Por lo tanto, no habría problemas en quitarla.

La seguridad vial es una pieza clave de la conducción, pese a que muchas veces se ponga en tela de juicio las responsabilidades de los conductores y peatones, en estos casos lo necesario es tomar medidas.

En España, es raro encontrar gasolineras abandonadas principalmente por razones económicas, regulatorias y de gestión de infraestructuras. Por ejemplo, el sector de los hidrocarburos está muy regulado en España. Las gasolineras, incluso cuando dejan de operar, están obligadas a cumplir con normas medioambientales y de seguridad.

Esto implica que el propietario tiene que ocuparse del desmantelamiento adecuado de los tanques de almacenamiento y de la descontaminación del suelo, lo cual requiere una inversión considerable. Así, si una gasolinera deja de ser rentable, en lugar de dejarla abandonada, se intenta vender, alquilar o transformar en otro tipo de negocio.

También se debe destacar que las gasolineras suelen situarse en zonas comerciales muy estratégicas, como entradas de ciudades, centros urbanos o carreteras principales. Por ello, estas propiedades pueden convertirse en supermercados, oficinas, o incluso viviendas, según la demanda de la zona.

En resumen, las regulaciones ambientales, los altos costos de descontaminación, el valor estratégico de los terrenos y la demanda constante de estaciones de servicio son factores clave que evitan el abandono de gasolineras en España.