Europa podriá dejar de depender de China para la fabricación de baterías
Según Goldman Sachs, para conseguirlo se deberían invertir 160.000 millones e impulsar el reciclaje de baterías y la producción.
Estados Unidos y Europa podrían reducir significativamente la dependencia de China para la producción de baterías para 2030. Esta es la principal conclusión de un estudio de Goldman Sachs publicado por el Financial Times. Según el documento, se necesitaría una inversión de más de 160.000 millones de dólares e impulsar el reciclaje de baterías y políticas que premien la fabricación local.
Según Goldman Sachs, la industria debería invertir 78.200 millones en baterías, 60.400 millones en componentes y 13.500 millones en la extracción de litio, níquel y cobalto. Además, desde la entidad consideran que las baterías de nueva generación, que usan otros materiales, ayudarían a dejar de depender del Gigante Asiático, que controla la generación de los materiales más usados en la actualidad.
Asimismo, como ejemplo de políticas para impulsar la producción local, Goldman Sachs cita la ley que desde Estados Unidos han aprobado para incentivar la producción de vehículos eléctricos en el país, incluyendo el ensamblaje de baterías y de componentes. Esta ley excluye de las ayudas de compra todo aquel eléctrico que no sea ‘made in USA’.
Con todo, el informe apunta a que es posible dejar de depender de China, pero los fabricantes de otros países asiáticos, principalmente de Corea del Sur -LG Chem, SK Innovation...-, seguirán siendo fundamentales para la industria. De hecho, los proveedores surcoreanos podrían alcanzar una cuota de mercado del 55% en solo tres años.
La situación actual
El abastecimiento de baterías es actualmente el gran interrogante de la industria. Desde Elon Musk, CEO de Tesla, hasta Carlos Tavares, su homólogo en Stellantis, han puesto en duda la capacidad de sus marcas para conseguir las baterías que necesitan para cumplir sus futuros objetivos de producción de eléctricos. Algunos fabricantes, como Volkswagen, han apostado por la producción propia -aunque las materias primas también están controladas principalmente por países asiáticos, como Taiwán o China-.
En 2021, según datos de SNE Research, la china CATL concentró el 32,6% de la producción total de baterías en el mundo, seguida de la surcoreana LG Energy Solutions con un 20,3% y la japonesa Panasonic con el 12,2%. Por detrás, la china BYD y las surcoreanas SK Innovation y Samsung SDI sumaron otro 18,9%. El mercado estadounidense, impulsado principalmente por Tesla -apoyada por Panasonic-, acumuló otro 14,81%. Hagan cuentas, queda un 1,19% que se repartieron firmas de países europeos y de otros continentes, como Canadá. De seguir así, Tavares anticipa riesgos geopolíticos al depender excesivamente de las compañías asiáticas y más teniendo en cuenta que China y Asia concentran también la mayor parte de la producción de chips semiconductores.