Fiat Topolino: una segunda vida eléctrica

Todavía recuerdo cuando, días antes de vivir el encierro provocado por la pandemia, asistí a la presentación del Citroën AMI. Ya entonces me resultó un concepto revolucionario al que no íbamos a llamar coche, sino herramienta de movilidad. Tal ha sido el éxito, comercial e industrial de este modelo, que el grupo Stellantis ha tomado sus credenciales para crear un nuevo icono de la movilidad urbana del presente: el Fiat Topolino.

A muchos os sonará el nombre, y no es para menos. Fiat produjo este utilitario de 1936 hasta 1955 y el propio pueblo lo renombró como 500, ¿os suena ahora? Ese pequeño huevo con ruedas que enamoró al gran público por su simplicidad y permitió a muchos europeos realizar sus primeros viajes “low cost” para la época. El diseño de Giacosa redujo al máximo los componentes que podían elevar el coste y suponer averías e incluso se podía regular el consumo de combustible al abrirse o cerrarse un tirador situado en el salpicadero.

Soluciones ingeniosas que, en formato de cuadriciclo, vuelven a estar presentes en un vehículo 100% eléctrico que no podrá pasar de 45 km/h. Se enmarca en la categoría L6e, por lo que podrán llevarlo aquellos con licencia AM desde los 15 años, pero no podrá circular por las vías rápidas de España.

En el fondo, su concepción nada tiene que ver con largos viajes, dado que no supera los 75 kilómetros de autonomía por su pequeña batería de 5,5 kWh. Eso sí, podremos cargarlo fácilmente en cualquier enchufe doméstico en cuestión de cuatro horas, más que suficiente para el uso diario de un joven que va a la universidad o cualquier adulto que no invierta más de 40 kilómetros en su recorrido al trabajo.

Con apenas mide 2,41 metros de largo, cualquiera podrá aparcarlo fácilmente en las abarrotadas calles de las ciudades europeas. Ese sí es el entorno para el que está pensado esta reinvención del Topolino, que recurre a un nombre clásico para hablar de un objeto que tiene más de futuro (o presente) de la movilidad metropolitana.

Como sucede con el AMI y el My AMI Buggy, este cuadriciclo se ha desarrollado centrándose en el ahorro de costes de fabricación. El menos es más llevado al extremo, también de la conectividad y los habitáculos. La sencillez es el mejor aliado de una carrocería que estará disponible en dos versiones: cerrada y abierta o “Dolcevita”. Este último es el más llamativo, sin duda, con la ausencia de puertas y la incorporación de los umbrales/cuerda de puerta. Ambos comparten el tono pastel Verde Vita y detalles bitono que encajarán a la perfección con los gustos de los Z.

Una generación que siempre busca la personalización, ese extra que les permite ser únicos e irrepetibles. En ese sentido, el Topolino ofrecerá un sinfín de detalles, como los adhesivos de efecto madera de las puertas del modelo cerrado o las pegatinas al estilo tienda de verano de las versiones abiertas. Ambas comparten el módulo trasero Dolcevita Box, que es una funcional banda de tela en la zona posterior ideal para guardar objetos y los tapacubos son ideales para rememorar al clásico que ha servido de inspiración.

En su interior, un habitáculo extremadamente sencillo en el que tu teléfono sirve como pantalla de infoentretenimiento y poco más. Ese mismo teléfono será la plataforma de adquisición del Topolino, que se puede comprar por internet en solo tres sencillos pasos, como en cualquier e-commerce e incluso rastrearlo. Si no quieren comprarlo, los usuarios pueden optar por adherirse a una tarifa mensual como la de Netflix, ajustándose a las necesidades de uso de cada conductor.

Por suerte, y sabiendo el éxito estético que tendrá este cuadriciclo, Fiat ha creado una línea de accesorios específica que se compone de una bolsa portaequipajes, un ventilador USB, un altavoz Bluetooth, una botella de agua térmica para bebidas frías y calientes y dos fundas de asiento que se convierten en toallas de playa.