Jeep Grand Cherokee 4xe: primeras impresiones de conducción
La quinta generación de Grand Cherokee se comercializará únicamente en su versión híbrida enchufable con capacidades offroad y un equipamiento de lujo.
La moda manda y los SUV han conquistado definitivamente el mercado, pero todavía hay conductores que necesitan un todoterreno de verdad, así como un habitáculo amplio, confortable y altamente tecnológico. En ese terreno de juego entra el nuevo Jeep Grand Cherokee, con prestaciones 4x4 y una mecánica híbrida enchufable que lo convierte en el aliado definitivo de cualquier familia aventurera con bastantes ceros en la cuenta corriente.
Y es que si algo sorprende de esta quinta generación del Grand Cherokee son sus precios, no vamos a negarlo. La versión de acceso, llamada Limited, sale desde los 83.250 euros, pero también puedes tener un modelo ‘casi’ de lujo si eliges el nivel de equipamiento Summit, que se dispara hasta los 100.250 euros. Muchos se quedarán con este último dato, asociado a marcas del segmento premium, al que no pertenece Jeep por normal general. Sin embargo, y tras poder probar esta versión durante unas horas, estos son sus argumentos.
El primero es que, pese a tratarse de un modelo del grupo Stellantis, el Jeep Grand Cherokee cuenta con su propia historia en el mundo de la automoción. La primera generación data de 1993 y se plantea hoy en día como el primer SUV de la historia, por sus capacidades off-road, pero también las cualidades en carretera asfaltada que le han servido para vender más de 300.000 modelos. En su era moderna compite con rivales como el el BMW X5 o el Volkswagen Touareg, todos ellos desarrollados para clientes de coches familiares refinados pero no tan deportistas y concienciados como los de Jeep.
Solo llega el cinco plazas
A España llegará la versión de 5 plazas, pese a que existe otra carrocería de mayor tamaño que alcanza las 7 plazas. Para nuestro mercado, el Jeep Grand Cherokee tiene 4,914 metros de largo, 1,968 de ancho, 1,799 metros de alto y su distancia entre ejes es de 2,96 metros.
El buque insignia de Jeep debe lucir como tal, así que esta nueva hornada mantiene un lenguaje de diseño familiar y reconocible. Hablamos, por ejemplo, de las siete secciones verticales en un morro completamente recto y dividido en dos módulos. En la parte superior encontramos los grupos ópticos más finos que nunca y con tecnología LED. El paragolpes es diferente en función de la versión, pero comparten entradas de aire y su altura, ideal para dejar ver una distancia al suelo de 21 centímetros.
Una altura libre que también aporta carácter y ‘vibra’ 4x4 a la vista lateral del Grand Cherokee. Todo en su carrocería está diseñado para que quede claro que es un todoterreno, con cintura muy elevada, líneas marcadas y un techo plano, que puede ser bitono y tiene barras funcionales en el techo.
También destacan los pasos de rueda trapezoidales que permiten más movilidad a los ejes e instalar llantas de 18 hasta las 21 pulgadas. Los voladizos cortos prometen un interior de nivel, pero también aseguran cualidades off-road al más aventurero de los familiares Jeep. Eso sí, los detalles en color azul le dan un toque moderno que lo identifica como miembro de la familia 4xe, es decir, híbrido enchufable.
Si pasamos a la zaga, el alerón superior me parece el detalle más sofisticado en combinación con los cromados de la zona inferior, que también cambian en función de la versión, y el juego óptico de los pilares negros para crear esta superficie acristalada. El maletero tiene una capacidad de más de 530 litros y pueden colocarse palos de golf de forma transversal, un deporte acorde con el enfoque lujoso que plantea la firma para el Grand Cherokee.
Tecnología a raudales
El respeto por la tradición del diseño exterior pasa a un segundo plano en el habitáculo, en el que encontramos un trabajo profundo en el apartado tecnológico y una elegancia superior al resto de la familia 4x4 de Jeep. La calidad de materiales como la madera de nogal y las tapicerías de cuero elevan su posición premium, coronada por un buen sistema de iluminación y una sensación de espacio excelente.
La posición de conducción es alta, pero fácil de colocar sea cual sea tu estatura gracias a la regulación eléctrica de todos los asientos y el volante. Frente a este nos encontramos una pantalla de 10.25 pulgadas, que pasan a ser 10,1 para la central de infoentretenimiento enfocada al centro y no al conductor. Instala el sistema Uconnect 5, el más avanzado de la firma y contamos con el Head Up Display, disponible en las versiones más equipadas del Grand Cherokee.
La sorpresa llega con la pantalla interactiva de 10,25 pulgadas situada frente al copiloto y que permite, entre otras cosas, controlar la música, las cámaras y ver vídeos durante la circulación. No llega a ser tan avanzada, conectada y fluida como la sorprendente configuración MBUX Superscreen o MBUX Hyperscreen de Mercedes-Benz, pero es un primer paso y lo acompañan de un sistema de audio único firmado por McIntosh de última generación con 19 altavoces (1 subwoofer de 10 pulgadas), 950 vatios de potencia y un amplificador de 17 canales.
Al volante del Grand Cherokee
Europa solo comercializará la variante híbrida enchufable Jeep Grand Cherokee 4xe, con una potencia conjunta de 380 CV y 637 Nm de par. El sistema de propulsión está configurado por un bloque térmico 2,0 litros de cuatro cilindros y dos motores eléctricos, combinados con una transmisión de 8 velocidades TorqueFlite. La batería de iones de litio de 17 kWh garantiza hasta 48 kilómetros de autonomía, que pueden llegar a ser 51 km en entornos puramente urbanos o sumar 700 kilómetros de autonomía combinada.
El conductor podrá jugar con su estilo al volante y los modos de conducción para aumentar ese rango, contando con el modo híbrido para sus viajes más largos en los que priorizar la autonomía y el bajo consumo. Si accedes a una ciudad y quieres conservar energía para circular en modo 100% eléctrico, puedes activar el eSave, una función que prioriza al bloque térmico para ahorrar, y aprovechar la frenada regenerativa, disponible durante las frenadas poco agresivas o desaceleraciones.
Una de las características del Grand Cherokee es su espíritu aventurero y las capacidades offroad, que pudimos comprobar durante una prueba 4x4 en el Cortijo Curiel. Solventó cualquier desafío sin apenas esfuerzo, como también lo hicieron el resto de la familia 4xe: Jeep Renegade, Compass, Wrangler. La clave se encuentra en los sistemas de tracción total: Quadra-Track II y Quadra-Drive II, este último con diferencial trasero autoblocante electrónico.
Además, estamos ante un auténtico correcaminos gracias a la suspensión neumática (Quadra-Lift) capaz de aumentar la altura libre al suelo hasta los 2,75 centímetros con una cota de vadeo de 61 centímetros. Estos sistemas trabajan conjuntamente con el Select-Terrain, o selector de modos de conducción, y del sistema de control de tracción: Auto, Sport, Rock, Snow y Mud/Sand.
Para unos pocos
El precio del Jeep Grand Cherokee será el primer escollo para su compra, pese a que se encuentra en la media del segmento al que pertenece. Sin embargo, el nicho de los E-SUV es pequeño y muy “marquista”. Su candidatura está basada en el arsenal tecnológico que incorpora esta generación, además de la propulsión PHEV y sus capacidades como auténtico todoterreno. A cambio, tiene una rodadura algo pesada y asistida en carretera asfaltada, donde se dejan notar muchas inercias y su tamaño se convierte en un desafío.
Para compensar, Jeep le ha añadido todos los sistemas de ayuda a la conducción y seguridad posibles como la cámara de visión nocturna, asistente de colisión en intersecciones, sistema de conducción semiautónoma Active Driving Assist, cámara cenital 360 grados, control de crucero adaptativo, alerta de colisión con frenada activa o control de tráfico trasero, entre otros. Me han parecido algo intrusivas, pero a todo se acostumbra uno y su función es la seguridad.
El Jeep Grand Cherokee está disponible en los niveles de acabado Limited, Overland y Summit, pero también se comercializará en su versión Jeep Grand Cherokee Trailhawk. Esta última versión tiene una dotación pensada para el 4x4 más radical, con detalles estéticos específicos, como las llantas de 18 pulgadas, neumáticos All-terrain de serie, placas protectoras de acero o argollas de remolque rojas, cámara todoterreno integrada y, lógicamente, la suspensión Quadra-Lift con hasta 28,7 centímetros de distancia al suelo.
En el modo de tracción Quadra-Drive II con diferencial trasero autoblocante electrónico (eLSD) existe la posibilidad de desconectar la barra estabilizadora y Selec-Speed Control para controlar la velocidad del vehículo en 4LO.