Prueba del Toyota Corolla Cross: la opción de la razón
Si estás buscando un todocamino eficiente, con el distintivo ECO y confortable, el Corolla Cross debe estar en tu lista de candidatos.
El Toyota Corolla tiene el mérito de ser el vehículo más vendido del mundo, un título revalidado en varias ocasiones y para el que no le faltan razones. La evolución de su sistema híbrido consigue refinar su comportamiento a cada generación, unas mejoras que la firma ha trasladado a una versión sobreelevada del mismo. La fórmula del Toyota Corolla Cross es sencilla y se suma a las variantes ya existentes bajo esa denominación: Corolla, Corolla Sedán y Corolla Touring Sports. Esta vez con los componentes estéticos y prácticos de un SUV.
Con un tamaño de 4,46 metros de largo, queda a medio camino entre el CH-R y el RAV4, de modo que se convierte en una opción interesante para familias que buscan un único vehículo para todas las situaciones. Es un segmento de lo más competido, en el que encontramos alternativas como el Kia Niro, Hyundai Tucson o Nissan Qashqai y su precio no es una de las principales ventajas.
El argumento más relevante es, sin duda, su sistema motriz y los años de experiencia de Toyota con la propulsión híbrida, que va ya por la quinta generación. Un conocimiento que les concede el respeto como la firma más fiable del mercado, otro atributo de vital importancia para recomendar al Corolla Cross como todocamino de etiqueta ECO.
Un distintivo presente en sus dos versiones no enchufables, de 140 CV y 196 CV. Ambas están compuestas por un bloque gasolina, de 1.8 l y 98 CV en el primer caso o de 2.0 l y 152 CV el segundo, junto a un motor eléctrico de 95 CV y 113 CV respectivamente. Nosotros hemos conducido la opción menos potente, que llega hasta los 180 km/h y homologa un consumo de 4,9 l/100 kilómetros. Más adelante comprobaremos si es cierto.
Para el bolsillo, la versión probada sale desde 36.499 euros en el configurador de la firma y son 41.800 euros para el modelo de casi 200 CV. Todavía no está en venta la opción de tracción total del 200H, pero llegará para ponerse a la altura de los rivales más aventureros.
Un todocamino en toda regla
Pese a ser una versión del Corolla, esta carrocería adquiere los tintes necesarios para encajar en los gustos crossover de hoy en día. Su frontal es más vertical y elevado, al tiempo que estrena una parrilla de gran tamaño en forma de U invertida, los grupos ópticos afilados y los paragolpes de aspecto robusto, que denotan un carácter fuerte incluso fuera de la carretera asfaltada.
Las llantas de aleación de 18 pulgadas del modelo probado están disponibles de serie, dado que las principales diferencias entre el paquete Style y Style Plus residen en los elementos de conectividad. De su vista lateral me quedo con el detalle negro que imita a las barras del techo, así como la línea cromada que queda justo por encima de las ventanillas y genera la sensación de techo flotante en el pilar C.
Su zaga es el elemento más anodino y atemporal al mismo tiempo, pero da acceso a un portón de apertura eléctrica (Style Plus) que ofrece 414 litros de capacidad (1333 litros con los asientos abatidos). Es un buen dato, además de tener unas formas muy aprovechables y de fácil acceso, pero la competencia dispone de bastante más, especialmente las opciones coreanas como el Kia Niro 451 litros y el Hyundai Tucson con 546 litros.
Sus capacidades off-road las estudiaremos a continuación, pero su altura y los pasos de rueda marcados son claves no solo por su aspecto, también le otorgan cierto margen ante un terreno complicado. Esta es la cualidad que más destacaría del Toyota Corolla Cross frente a cualquiera de sus rivales, incluso dentro de la familia nipona, dado que su suspensión es agradable en carretera asfaltada, pero eficaz fuera de ella.
Un familiar para aventureros
Gracias a su puesta a punto, tenemos la conducción agradable y estable de un Corolla junto a la posibilidad de dejar atrás la ciudad en una escapada por el campo de un RAV4. Además, con la introducción de la quinta generación híbrida, ganamos enteros en prestaciones y confort de rodadura, dado que una mayor presencia eléctrica compensa lo ruidoso y descoordinado de su cambio automático de engranajes planetarios e-CVT. Sigue sintiéndose descompensado a la hora de acelerar, pero es infinitamente más reactivo que las pasadas generaciones.
El Corolla Cross dispone de los modos de conducción Eco, Normal y Power y, pese a que las diferencias no son notables, ofrece una respuesta más rápida en la opción “deportiva”. Además, tenemos el botón EV Mode que nos permite circular utilizando el motor eléctrico a bajas velocidades siempre y cuando la batería tiene más del 50% de capacidad, que puede ser recargada gracias al modo B que eleva la capacidad de retención del motor.
La versión probada de 140 CV será, probablemente, la más vendida del portfolio y más que suficiente para las situaciones cotidianas. Sus rivales han mejorado mucho en el apartado de la eficiencia, pero Toyota sigue llevándose el oro si aprendes a optimizar al máximo su sistema de propulsión. En un entorno de vía rápida, el Corolla Cross gastó cerca de 6,7 l/100 kilómetros, pero pudimos rebajar ese consumo a 4,8 l/100 prestando atención a las pendientes, las desaceleraciones y las frenadas bruscas.
Idéntico al Corolla
Si hemos dejado el interior para el final es por sus similitudes con el Corolla o cualquiera de sus variantes, por lo que mantiene la pantalla central de 10,5 pulgadas y la instrumentación de 12,3 pulgadas. La compatibilidad con Apple CarPlay es inalámbrica, un avance que se agradece y con el que no contarán los usuarios de Android por ahora. Los modelos 200H y, por tanto Style Plus, suman el techo de cristal panorámico, cargador inalámbrico para smartphone y los asientos calefactados.
Unos asientos que ofrecen buena sujeción, sin llegar a ser deportivos, y una posición de conducción cómoda para aquellos que gustan de modelos SUV. La altura genera visión y muchos conductores sienten más seguridad, un atributo que aportan realmente los sistemas como el mantenimiento de carril, el reconocimiento de señales de tráfico, el detector de ángulo muerto o el control de crucero activo, entre otros ADAS disponibles de serie.
Una seguridad que, probablemente, adquiere un interés creciente al hablar de un modelo que pretende conquistar a las familias. De ahí que sus plazas traseras, con fijaciones ISOFIX, sean de fácil acceso pese a tener una apertura de puertas algo limitada y la rueda trasera se inmiscuye en el espacio. A cambio, tenemos más espacio para las piernas y techo que en un Corolla y una tapicería que resulta de lo más práctica, limpia y duradera para combatir a los pequeños más aventureros.
La fórmula de Toyota parece no tener rival en nuestro mercado, que confía plenamente en su fiabilidad y eficiencia. En este caso, sumamos las dosis de diseño SUV que tanto conquistan al mercado y un equipamiento que compensa un precio ligeramente superior a sus rivales directos. Los argumentos están, el éxito será cuestión de tiempo.