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La fábrica de BMW en Múnich despide a su último V8

El pasado 10 de noviembre salió de la planta de Múnich el último motor de combustión, un V8 que marca el fin de una era.

Ante la invasión de marcas y modelos chinos, muchos son los que todavía valoran los productos fabricados por y para europeos. En la automoción, el “Made in Germany” siempre ha estado ligado a la fiabilidad, calidad y excelencia, pero la era de la electrificación supone cambios en todas las esferas. Los trabajadores de la planta de Múnich terminaron, el pasado 10 de noviembre, el último motor V8 que recorrerá las líneas de producción. Un adiós que implica a todos los bloques térmicos de la marca bávara en esa planta, pero no se van muy lejos.

A partir de ahora, BMW producirá dichos motores en las plantas de Magna Steyr y Hams Hall, situadas en Austria e Inglaterra respectivamente. Dos fábricas que ya producen unidades motrices para la gama actual de la firma y que, tras este gesto, serán las encargadas de mantener la esencia purista para los aficionados. Mientras tanto, la planta situada en el país natal de BMW despide 60 años de historia para dar cabida al futuro electrificado de la familia i.

Una decisión clave

Puede que la primera idea del lector haya sido que los motores se quedan en Europa, o casi, por lo de Inglaterra, pero este cambio supone un antes y un después para BMW. Su planta más representativa dirá adiós al lenguaje de la combustión, un idioma que habían refinado durante décadas hasta convertirse en un referente y alcanzar su máximo potencial. Ya no se hablará de los V6 o V8 alemanes, pero nadie puede decir que es una sorpresa, dado que la inversión en la transformación de la planta estaba enfocada en su electrificación.

$!Planta de BMW en Múnich.

Los modelos cero emisiones son el futuro, así lo han decidido en despachos y parlamentos de toda Europa. Sorprendentemente, los fabricantes del viejo continente han acatado este “tiro en el pie” y, con ahínco e inversión, presentan sus estrategias para la conversión a la movilidad eléctrica. Además, lo hacen con todo y este detalle es lo más significativo de la noticia: BMW ha adaptado su planta icónica.

Tras la inversión de 400 millones de euros y la formación de su personal, la planta de Múnich está lista para enfrentar el futuro a largo plazo. El adiós a los motores térmicos es la bienvenida definitiva a la gama BMW i, con la producción actual del i4 y la concesión de la próxima plataforma Neue Klasse a partir de 2026 (también para Hungría y México). Los vehículos producidos sobre esa base compartirán portfolio con los BMW iX, i7 e i5 que salen desde la planta de Dingolfing. Los SUV compactos iX1 e iX2 se producen en Ratisbona y las baterías se ensamblarán en unos años en Strasskirchen.