Estados Unidos no importa vehículos fabricados en nuestro país, cuya producción se va especialmente a Alemania, Francia, Reino Unido, Turquía, Italia, Bélgica y Portugal
El coche presidencial de Estados Unidos no es una simple limusina, sino que guarda trucos bajo la manga que hacen que sea imposible tocar al presidente, en este caso Donald Trump
Estados Unidos no importa vehículos fabricados en nuestro país, cuya producción se va especialmente a Alemania, Francia, Reino Unido, Turquía, Italia, Bélgica y Portugal
El coche presidencial de Estados Unidos no es una simple limusina, sino que guarda trucos bajo la manga que hacen que sea imposible tocar al presidente, en este caso Donald Trump
El auge de las marcas chinas, las normas medioambientales, el avance lento del coche eléctrico, el adiós de Tavares y las alianzas japonesas marcarán este año.
Musk jugó un papel clave en la campaña de Donald Trump y el presidente electo ya trabaja para permitir un despliegue masivo de coches autónomos en Estados Unidos